A mí hay noticias que me sorprenden. Y mucho. Resulta que un estudio realizado por
Human Rights Watch demuestra que presos condenados a muerte mediante inyección letal han podido sufrir muchísimo en la ejecución debido a un componente de la, por desgracia, famosa inyección letal, el cloruro potásico.
"Cada vez hay más pruebas de que hay presos que pueden haber padecido un dolor extremo durante sus ejecuciones. Esto no debería causar sorpresa, dado que los organismos responsables no han dado los pasos necesarios para garantizar que la ejecución se produzca sin dolor" (Human Rights Watch).
Bajo mi humilde punto de vista, lo que se debería de pedir a los organismos responsables es que se aboliera de una vez por todas. A mí particularmente, y conste que es sólo una opinión, el exigir la garantía de una muerte sin dolor y no lo primero es como el decir : bueno pues resignación ya que lo asesisan que no sufra... que me parece perfecto pero lo encuentro una incongruencia de la esencia misma de esta asociación.
¿Por qué me sublevará la idea de que asesinen a una persona más que la de que sufra en el asesinato? Igual soy rara, no sé....
24.4.06
Sobre la pena de muerte
Dice Beth-y-Monadas a las 9:42 p. m.
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1 comentario:
Aparte de todo, el tema de "que sufra o que no sufra" no es más que una hipocresía más. Si se ha de ejecutar a alguien, si lo damos por aceptable, creo que la guillotina haría sufrir mucho menos sin lugar a dudas. Ahora bien, la guillotina, por poner un ejemplo es algo estéticamente reprochable (se ve "sangre")...
Evidentemente estoy en contra de la pena de muerte...
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