8.12.05

GALA



Hace días, en unas de mis eternas navegaciones allende mares internautas me encontré con esta entrevista a Antonio Gala. Como de costumbre, me hicieron sonreir sus comentarios. Me lo imagino siempre sentado en un eterno sillón de mimbre, con su eterno también pañuelo en el cuello (problemas de garganta? no, lo suyo pura coquetería) y contestando una tras una, sin dilación alguna, cada pregunta con respuestas geniales. Casi puedo escuchar su voz, pausada, tranquila, con tono sarcástico cuando toca... me gusta Gala sí, mucho.




Esta mañana me acordé de él en unos de mis famosos flash mentales. Mi mente ha paseado por mi vida lentamente (hacía muuucho tiempo que no me daba ese capricho) y bueno.... hubo una etapa de ella en la cual Gala era asiduo en mi mesita de noche, en verso o prosa, tanto da, un placer siempre.


TENGO LA BOCA AMARGA

Tengo la boca amarga y no he mordido;
el alma, atroz, y la canción, tronchada.
No sé qué fuerza traigo en la mirada,
ni qué traigo en mi cuello, de vencido.

No sé ni cómo ni por qué he venido.
Esto es todo: llegué; no sé más nada.
No me importa el quehacer ni la jornada,
y me da igual herir que ser herido.

La sangre, a punto, se impacienta
y arde por inundar la alcoba a la que vine,
donde fui tan feliz que fui cobarde.

Sólo pido al amor que no se obstine.
Me sentiré a su orilla cualquier tarde
para que alguien, de paso, me termine.

No hay comentarios: